LA MUÑECA NANCY DE MI ABUELA ANTONIA

Nunca le había regalado nada. Toda la vida con ella, prácticamente me crió y me llevó de la mano hasta la vida adulta, pero no se me había ocurrido nunca hacerle un regalo. Es curioso, sobre todo cuando se es más joven, que se tienen muy en cuenta tener detalles con amigos/as, novios/as,… pero rara vez con madres, padres, abuelas o abuelos.
El caso es que cuando me toco hacer la mili (a San Fernando (Cádiz) ni más ni menos que me mandaron), y acudió la familia a la jura de bandera, decidimos llevarle un regalo a la abuela, que no había podido venir por lo largo del viaje.
La muñeca Nancy de mi abuela Antonia Baza

«Una muñeca Nancy vestida con ropa militar, eso le va a encantar a la abuela», dijo mi madre, con una seguridad que no admitía discusión.
Y a mí, que no lo tenía nada claro, se me cayó el alma a los pies al ver los lagrimones de alegría de mi abuela cuando abrió el papel de regalo en el que iba la muñeca. Jamás se me podrá olvidar su cara de felicidad con aquella Nancy Soldado, que llevaba una corneta al cuello y que incluso tocaba diana. Nunca había tenido una muñeca. Su infancia no fue nada fácil en aquella Baza rural de la Guerra Civil y la postguerra. Bueno, ni la infancia, ni la juventud, ni la madurez… Y mira que había comprado muñecas para nietas y bisnietas, pero no le habían regalado una para ella.
Desde aquel día la Nancy ocupó un lugar de privilegio en la mesita de noche de su dormitorio, y raro fue el día que no escuchamos, al menos un par de veces, la singular musiquilla de la muñeca. Y así fue por muchos años. Incluso hasta en los últimos días de mi abuela, cuando el maldito Alzheimer destrozaba su cuerpo menudo, sus recuerdos y mi corazón, la Nancy siguió en la mesita de noche de su habitación en la residencia.
Estas pasadas navidades en casa de mi madre, buscando sábanas para hacer las cama a las niñas, apareció la Nancy de la abuela. En un movimiento reflejo puse la corneta en la boca de la muñeca….. y sonó su diana ¡maravilla!; creo que unida a aquella musiquilla pude escuchar la risa de mi abuela.
¿Qué te pasa papá, por qué lloras? No te preocupes hija, son lágrimas de felicidad.
@AntonioFcoMartínezLópez